martes, 15 de febrero de 2011

Contubernia Gregoriana VIII: El campamento romano de Aquis Querquennis

El campamento romano de Aquis Querquennis, ocupado por un destacamento militar subordinado -se piensa- de la Legio VII Gemina con cuartel general en la actual León (tal vez la III Cohorte, o, según otros, la Cohors I Gallica, destacamento mixto de caballería e infantería), gozaba de una inmejorable situación estratégica, junto al río Limia y la milla LIII de la Via Nova o Vía XVIII del Itinerario de Antonino, que comunicaba Bracara Augusta con Asturica Augusta.

Se construyó en la segunda mitad del siglo I de nuestra era (en época de Vespasiano, 69-79 d.C.), en plena consolidación de la conquista romana de la Gallaecia, pero no disfrutó de una vida muy larga, ya que fue abandonado a mediados del siglo II. La proximidad al río le proporcionaba pastos en abundancia, leña y aguas termales. Cuando en 1947 se construyó el embalse de Las Conchas, se inundó una parte importante del yacimiento, alterándose debido a la erosión producida por el agua.


El campamento es un perfecto ejemplo de estructura ortogonal: tenía planta rectangular, con las esquinas redondeadas, y cuatro entradas coincidentes con las dos calles principales (cardus maximus y decumanus maximus), ocupando una superficie de más de 25.000 m2. Todo el recinto está protegido por una muralla de piedra de casi tres metros de anchura, con las esquinas engrosadas a modo de torres. Cada cierta distancia unas torres sobresalen ligeramente de los paramentos, tanto por dentro como por fuera. Para proteger mejor el campamento, se rodearon las murallas con un foso de entre tres y cinco metros de profundidad. Las dos puertas excavadas estaban flanqueadas por dos torres de planta rectangular. La Porta Principalis Sinistra era la más ancha (23 metros de fachada) y estaba dividida en dos vanos por dos pilastras centrales de dos metros de lado; la Porta Decumana era más pequeña y de un solo vano para entradas y salidas. En el interior del campamento se dejó sin edificar un intervallum de once metros de ancho, para proteger los edificios en caso de incendio durante un ataque.



Ha sido excavado de manera sistemática desde 1975, reconstruyéndose en altura los muros, ya que algunos edificios han debido de ser desmantelados en la propia antigüedad.

En su interior destacan dos construcciones rectangulares (una tercera está sin exhumar) destinadas a barracones de tropa, divididas en dos alas simétricas en torno a un patio central, abierto por uno de sus lados; en el patio de cada uno existe una cisterna de planta circular de un metro de diámetro para almacenar agua de lluvia que se recogía mediante unos canales colocados en los tejados de paja de los barracones. Cada barracón estaba destinado a una centuria diferente. Una edificación más pequeña y rectangular adosada a estos edificios  se piensa que podía ser la residencia del centurión y sus ayudantes. En torno al patio existen diez habitaciones para los soldados (contubernia), divididas en dos habitáculos, uno destinada, tal vez, a cocina y otro a dormitorio. Como cada contubernio alojaba ocho soldados (una centruria y sus mandos debía de estar formada por unos 85 hombres), el campamento pudo contar con entre 500 y 620 hombres.



A su lado se levantaron dos edificios rectangulares identificados como horrea o graneros, para guardar cereales y demás alimentos; muestran cinco filas de pilotes colocados en paralelo para preservar en alto la comida de la humedad y de los roedores. Junto a los hórreos se encuentra un edificio cuadrado con habitaciones en torno a un patio central o peristilo, que se interpretó primero como pretorium (residencia del jefe de la guarnición militar) y luego como valetudinarium (hospital militar).

En los principia se situaba el cuartel general y los centros administrativos y religiosos. Se ordena en torno a un cuadrado de 29x29 metros ocupando una superficie total de 1.200 metros cuadrados. Consta de un pórtico (con dos posibles almacenes de armas), el foro (con un podio en el centro que pudo ser base de una estatua de una divinidad o emperador), la basílica (edificio destinado sobre todo a la administración de justricia) y, al fondo, seis habitaciones que servirían para tareas administrativas y, en el centro, una habitación con suelo sobreelevado, tal vez un aedes o recinto sacro, con la estatua del emperador, el altar de Júpiter y los estandartes de la tropa. Dos pórticos en los lados norte y sur proporcionarían abrigo en caso de mal tiempo.
Entre los restos encontrados en el lugar hay, entre otros objetos, clavos, millares de fragmentos de cerámica, espadas, útiles de construcción, juegos de mesa, monedas de Claudio, Vespasiano, Domiciano y Trajano, un Marte de hueso, un Cupido de bronce, restos de una escultura monumental y una lápida dedicada a Alepius (509 d.C.).

En las proximidades del campamento, al sur,  se asentó población civil (cannaba), aún poco conocida. Sí está excavada en parte una mansio relacionada con la Via Nova, que ocupaba una extensa superficie (casi una pequeña ciudad). Fue levantada a la vez que el campamento y estuvo en uso hasta el siglo V; junto a las orillas del pantano se ve un edificio con grandes muros con horno en el interior, el enlosado junto a una puerta y varias estancias más. En sus cercanías manan a 48ªC las aguas termales de Baño, que  dieron nombre al asentamiento de época romana. La zona termal es de difícil excavación.

Existe un moderno Centro de Interpretación. Puede verse también un vídeo sobre Aquis Querquennis en este enlace.



La Via Nova cruzaba el Limia por Ponte Pedriña, al norte del dique de contención del pantano, una zona anegada en la actualidad.

Bibliografía recomendada:
P. Barciela Garrido-E. Rey Seara, Xacementos arqueológicos de Galicia, Ed. Xerais, Vigo 2000.
X. Carballo Arceo, Arqueoloxía de Galicia. Itinerarios polo pasado, Ed. Nigratrea, Vigo 2006.


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