domingo, 6 de abril de 2014

Segóbriga, de nuevo

     Segóbriga (la denominada por Plinio caput Celtiberiae) es, sin lugar a dudas, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la Península Ibérica y  Parque Arqueológico. Es, también, muy conocida como sede del Festival Juvenil de Teatro Clásico Grecolatino de Segóbriga, que celebra este año su XXXI edición.


 
        Los restos de la que fue ciudad celtibérica y romana se encuentran a 100 km. de Madrid, en el lugar conocido como Cabeza de Griego, perteneciente al término municipal de Saelices (Cuenca), sobre un cerro -como conviene a una ciudad fortificada- , junto al río Cigüela y muy próxima a un cruce de calzadas (la que iba de Carthago Nova a Complutum, y, desde allí, a Segontia Caesaraugusta en dirección noreste, a Toletum y Emerita Augusta en dirección suroeste y Segovia y Legio VII Gemina en dirección noroeste).

       El auge de la ciudad comienza en tiempos de Augusto y continúa a lo largo de los siglos I y II d.C, gracias a su fuerte actividad agrícola, ganadera y, sobre todo, industrial, ya que se explotaban yacimientos cercanos de yeso especular (lapis specularis), empleado para suelos y ventanas, siendo el de allí uno de los más cotizados de todo el Imperio Romano.


         
      De comienzos del siglo I d.C. son los monumentos públicos más importantes:  el teatro (con un aforo de 2.500 espectadores) y el anfiteatro (con un aforo de 5.500 espectadores), además de la muralla, las termas y el posible gimnasio del teatro, el acueducto y el sistema de alcantarillado; algo posteriores son el foro (de 1.300 metros cuadrados, que albergaba, entre otras construcciones y monumentos, una gran basílica civil, una posible curia y un posible tabularium o archivo municipal,  tiendas y un templo para el culto imperial) y las termas monumentales situadas junto al foro.

Teatro


Anfiteatro













   





Foro


      A mediados del siglo II d.C. se inició la construcción del circo, pero el proyecto fue abandonado al poco tiempo, tal vez por problemas económicos, pues la fabricación de vidrio plano colado ya no hacía necesario el empleo del yeso especular.

       Fuera del recinto arqueológico, quedan tramos de la calzada romana que se dirigía hacia el sur, un puente sobre el Cigüela, la cantera de donde se extraían los grandes sillares de piedra empleados en los grandes monumentos de la ciudad y el llamado santuario de Diana, rupestre, con relieves e inscripciones dedicados a la diosa.

Santuario de Diana


       En época visigoda (siglos VI y VII d.C.), hispanorromanos y visigodos se asientan en las faldas del cerro. A estos momentos corresponden la necrópolis excavada en la zona del actual Centro de Interpretación y la basílica religiosa. Más tarde, en época de los árabes, se levanta una torre defensiva de la que quedan restos en lo alto del cerro y  Segóbriga queda casi despoblada, hasta que a finales del siglo XII la zona es reconquistada y en 1228 Cabeza de Griego es donada por a la Orden de Santiago, la cual utilizó los restos de las antiguas edificaciones como cantera para levantar el cercano monasterio de Uclés.



    A finales de la Edad Media, los pocos vecinos que quedaban allí, se trasladaron a Saelices, a 3 km., junto al manantial que surtía de agua a la antigua Segóbriga. Hasta finales del siglo XVIII no empezarían las primeras excavaciones, y habría que esperar a la segunda mitad del siglo XX para que se convirtieran en sistemáticas.