viernes, 30 de septiembre de 2016

Casa propia, la mejor casa

         Otra vez me sucede lo mismo: quiero saludarla y preguntarme qué hace ahí, tan sola (y no porque falten visitantes en el siempre admirable Museo Británico). Pero en esta ocasión no es posible acceder a la sala en que se conserva la Cariátide del Erecteion que llegó a la Gran Bretaña junto con otras numerosísimas obras de arte, arrancadas muchas de ellas sin más miramientos del Partenón,  entre 1801 y 1805 por obra de los apaños de Thomas Bruce, Lord Elgin, embajador británico ante la Sublime Puerta, residente en la Atenas ocupada por los otomanos. Su intención original era, al parecer, decorar con ellas su vida (perdón, su finca), aunque luego, escaso de dinero, acabara vendiéndolas al gobierno británico en 1816. Me dice una vigilante del Museo que hay problemas con humedades en el techo y solo alcanzo a vislumbrarla desde un costado del Monumento de las Nereidas (otro notable huésped permanente del Británico, al que llegó años más tarde, después de que anduviera por la lejana Licia el arqueólogo Charles Fellows), así que mi saludo se queda en nada. 

Museo Británico- septiembre de 2016














  



Mientras tanto, las otras cinco Cariátides, sus hermanas, dejan que los visitantes las rodeen en el ya no tan nuevo Museo de la Acrópolis, deslumbrándolos cuatro de ellas con los elaborados recogidos de sus cabellos.










            Pienso también en el Dioniso del frontón oriental del Partenón, tan cómodamente recostado en el Museo Británico y, este sí, a buen resguardo de la lluvia,



 mientras ante su copia en el vestíbulo del metro Akrópolis en Atenas todos nos hemos hecho una foto :


O ante el propio Partenón, donde ocupa su privilegiada esquina:



       Enfrente de la Acrópolis está el Museo que ha reservado metros y metros de espacio para acoger en algún momento los relieves del friso de la procesión de las Panateneas y las metopas que se encuentran a miles de kilómetros de su ubicación originaria.

Museo de la Acrópolis, frente a la Acrópolis


             Casa propia, la mejor casa -dijo el caracol, muy acertadamente.Y cuando la casa está lista para recibir a los hijos que por razones políticas y económicas fueron trasladados de domicilio (y sobre los mármoles del Partenón residentes en Londres puede verse la imagen de abajo), ya no hay excusas que valgan.



       Muchos británicos, e incluso algunos parlamentarios, son partidarios de la devolución.  Entrar en un litigio en esta larga crisis económica en que se encuentra sumida Grecia es insostenible.

        Que vuelvan ya. Entretanto, está previsto que algunas piezas viajen del Museo Británico a Caixaforum Madrid para una exposición que dará comienzo el 12 de julio de 2017.      

     Si quieres leer más sobre el tema, entra aquí.   Y para conocer la agitada vida del Partenón después de dejar ser templo de Atenea, echa un vistazo a lo que sigue.