domingo, 2 de octubre de 2011

Fiestón en el Aqueronte...

Recorriendo, al cabo de más de veinte años, el pasado mes de agosto el apartado y montañoso Epiro,  rumbo al oráculo de los muertos de Éfira, y compartiendo con la divina Safo un intenso deseo de ver "las riberas cubiertas de loto del Aqueronte" (V.95), aunque en mi caso sin morir previamente, me impresionó encontrar un enorme lago o río cubierto de tan hermosas flores. No lejos de allí pregunté su nombre y me respondieron, de forma bastante vaga, que debía de referirme al "lago de los nenúfares". El viaje hacia el más allá comenzaba de forma prometedora...


Pero más adelante, el lugar en que se ubica el Necromanteion se encuentra ya tan preparado para las visitas turísticas (no lejos hay una concurrida playa) que resulta difícil ponerse en la piel de un antiguo peregrino que, tras perder la orientación en los repliegues del laberinto dispuesto para  preparar el espíritu  para una tarea no apta para pusilánimes, bajaría atemorizado a la sala donde los muertos responden.


Y sus cubiertas se convierten en privilegiado mirador de la en otros tiempos célebre llanura del Aqueronte, donde no confluyen aguas de infernales ríos, ni queda rastro alguno de la laguna Estigia, pues se encuentra desecada y convertida en terrenos de cultivo.


Pero el Aqueronte sigue corriendo y sus fuentes están cerca. Un caudaloso río que hay que atravesar para llegar al reino de los muertos.



 He hecho un largo camino para constatar, como sospechaba, que en los tiempos que ahora corren los muertos ya no dan miedo ni en el cine de terror. Nadie teme al día de las Antesterias en que cada año se abrían las puertas del Hades y los difuntos salían a hacer de las suyas hasta que se les avisara de que la festividad había llegado a su término y debían regresar a las tienieblas. Hasta allí han llegado "domingueros" con meriendas y DJs ...


El 11 de agosto, fiesta del Aqueronte, en el cañón del río idem. Para todos los públicos. Entrada gratuita.

Y,  pese a todo, me encanta y me sumerjo en sus aguas...

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