viernes, 3 de febrero de 2012

Esa herida ni tú te la curas, Quirón


     En el monte Pelión, en Tesalia, vivía Quirón, hijo de Crono y de Fílira, una de sus sobrinas (de acuerdo con las fuentes que la consideran hija de Océano, el mayor de los Titanes). Era un centauro, mitad hombre y mitad caballo, porque Crono había adoptado la forma de este animal para unirse a Fílira, pero a diferencia de los otros centauros, seres salvajes nacidos de la unión de Ixión con un simulacro de la diosa Hera (atentado contra la hospitalidad que Zeus le había ofrecido y que hizo a Ixión merecedor de un severo castigo en el Tártaro), Quirón es sabio y benévolo, y por ello se convierte en preceptor de  héroes tan célebres como Aquiles, Jasón o  Asclepio. Les enseñaba música y medicina, además de las artes de la caza y de la guerra. Era también un buen cirujano, como demostró al sustituir un hueso del pie de  Aquiles (que Tetis había quemado intentando hacerle inmortal) por otro proveniente del esqueleto de  un gigante,  excelente corredor mientras vivía, Dámiso, de forma que el “rápido de pies, divino Aquiles” debía a Quirón su extraordinaria velocidad.


 Peleo, rey de Ptía (Tesalia) y padre de Aquiles, y Quirón eran amigos desde que éste último le salvó la vida cuando en cierta ocasión, encontrándose desarmado, se vio rodeado de centauros que querían matarle. Más adelante, Quirón le aconsejó lo que debía hacer para conseguir su objetivo de convertirse en esposo de Tetis. Ella era una divinidad a la que Zeus pretendía, pero tuvo que renunciar a ella al saber que Tetis engendraría un hijo más poderoso que su padre (y Zeus temía que un hijo fuera a hacerle lo mismo que él a Crono, su padre, y Crono, a su vez, a Urano: arrebatarle el poder). Por eso, o por negarse a mantener relaciones con Zeus por respeto a Hera, Tetis se vio obligada a contraer un matrimonio que consideraba denigrante. Como divinidad marina que era, Tetis podía cambiar de forma, y para sustraerse al abrazo de Peleo se metamorfoseó en fuego, agua, viento, árbol, pájaro, tigre, león, serpiente y jibia, pero Peleo, siguiendo las indicaciones de Quirón, la sujetó sin soltarla hasta que ella tuvo que ceder y reconvertirse en fémina.

Bodas de Tetis y Peleo


Luego les fueron naciendo hijos, a los que la diosa intentaba hacer inmortales, sin conseguirlo. Morían en el transcurso del ritual que practicaba para eliminar su parte mortal. Aquiles se salvó porque Peleo llegó a tiempo de sacarle del fuego, pero la pareja acabó separándose y por eso Quirón fue el encargado de educar al joven héroe.

Peleo, Aquiles y Quirón



   Los conocimientos de medicina le serían muy útiles a Aquiles para, por ejemplo, curar al herido Patroclo.

Aquiles curando a Patroclo

    Quirón fue también preceptor de Jasón, hijo del rey Esón, cuando Pelias le destronó y el niño tuvo que salir de su ciudad, Yolco. Más adelante, el joven regresaría vestido con una piel de pantera y una sola sandalia a su ciudad, para reclamar el trono que le correspondía.

    En cuanto a Asclepio, hijo de Apolo y de una madre mortal (Corónide, o Arsínoe), fue tan buen aprendiz de médico de Quirón que llegó al extremo de resucitar muertos empleando la sangre que brotaba de la vena del lado derecho de la cabeza decapitada de Medusa y que le había dado Atenea. Cuando ya llevaba unos cuantos resucitados, Zeus se enfadó  y lo mató con un rayo, para que no pareciera que  Asclepio era un dios, provocando la ira de Apolo, que se vengó dando muerte a los Cíclopes que habían fabricado el rayo para Zeus. Hijos de Asclepio, y por tanto, discípulos lejanos de Quirón, son Podalirio y Macaón, médicos destacados que ejercen sus artes en La Ilíada, así como, según la tradición, Hipócrates, el padre de la medicina científica.

Asclepio, Quirón y Apolo



    Quirón había nacido inmortal, pero cuando Heracles lo hirió involuntariamente con una flecha untada con el veneno o la sangre de la Hidra de Lerna en el transcurso de una pelea con los centauros en tierras del centauro Folo,  le produjo una llaga incurable en la zona del pie, de manera que Quirón prefirió dar a Prometeo su inmortalidad a cambio de la posibilidad de morir y librarse del sufrimiento.

    Existe un proverbio antiguo (Zen. Par. VI 46): "Llaga de Quirón", que algunas fuentes explican como referido a las heridas incurables, pero es posible que en su origen se aplicase más bien a una herida  de tal  calibre que requeriría la intervención de un médico tan excepcional como Quirón.

1 comentario:

  1. Muchas gracias, Rosa. A mi me ha completado muchas lagunas que tenía sobre este mito que me parece muy bello y simbólico. Se me ocurre que la "herida de mi ignorancia mitológica", por ejemplo, ahora la tengo algo más curada.
    Salu2.
    Jose

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