El Colegio Trilingüe o de San Jerónimo, el que más prestigio dio a la Universidad de Alcalá de Henares, fue creado en 1528 (diez años después de la muerte del Cardenal Cisneros) y cerrado en 1777, al quedar integrado con otros colegios en el de la Inmaculada Concepción. No se sabe si los colegiales recibían docencia aquí o en la Universidad, de la que sólo les separaba el Patio de Filósofos.
En él podían estudiar doce colegiales de latín, doce de griego y seis de hebreo durante tres años. Tenían obligación de llevar manto azul con beca de grana. Para ingresar había que pasar un examen público (con votación secreta) ante dos colegiales que también valoraban los medios económicos y la conducta moral. Lo mejor era ser pobre y joven, porque así -se pensaba- se aprenden mejor las lenguas.
Tras el latín estudiado en los Colegios Menores o de Gramáticos (el de S. Eugenio y el de S. Isidoro era donde se aprendía latín y griego antes de la creación del Trilingüe), durante tres años los de latín estudiaban retórica y elocuencia, y los de griego y los de hebreo traducían del giego o del hebreo al latín. Cada año los colegiales latinos tenían obligación de representar una comedia o una tragedia antigua o escrita para la ocasión para demostrar sus progresos, y los de griego tenían que hacer dos declamaciones públicas. En caso contrario, se les suspendía durante treinta días o se les expulsaba del colegio.
Aunque la finalidad del Trilingüe era dotar a la Universidad de un colegio destinado específicamente al estudio filológico de las Sagradas Escrituras como paso previo a la reflexión teológica sobre sus contenidos en la Facultad de Teología, y no interesaban en si mismos ni la Antigüedad Clásica ni su legado pagano, muchos colegiales se convertían después en preceptores de familias nobles, maestros de latinidad bien instruidos.
Un paseo virtual por el célebre Patio Trilingüe, centro del Colegio Trilingüe de Alcalá..
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