A los persas, les salió mal la expedición que emprendieron en 499 a.C. contra la fértil isla, tal como nos cuenta Heródoto en el libro V de su Historia (31 ss.) y puede verse en este enlace: Naxos. Iba a convertirse en la base de operaciones para hacerse dueños de las Cícladas y de la más lejana y grande Eubea, pero los naxios estaban preparados y acabó saliendo demasiado caro permanecer en la isla hasta vencer la resistencia de los isleños, por lo que los persas les dejaron en paz... hasta el 491 a.C.
| Naxos, Templo de Apolo. Imagen: Rosa Mariño (CC BY NC ND) | 
       La isla es realmente una joya, tanto en vegetación como en paisajes, y su queso (graviera) una delicia para el paladar. En sus tierras se ubica el lugar en que Ariadna, que había ayudado a Teseo a salir del Laberinto, fue abandonada por él durante el viaje de regreso a Atenas, y donde, a continuación, se convirtió en esposa del dios Dioniso. También quedan restos de un bello templo de Demeter, diosa a la que la isla debía su fertilidad.
| Ano Sangri, Templo de Demeter. Imagen: Rosa Mariño (CC BY NC ND) | 
        Tampoco hay que perderse en Naxos los enormes  kouroi inacabados o rotos de Apóllonas y Flerió, que siguen tumbados en las mismas canteras de las que iban a salir para convertirse en ornato de algún lugar de culto.
| Apóllonas. Imagen: Rosa Mariño (CC BY NC ND) | 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario