Hasta el 27 de marzo puede visitarse en el
Museo del Prado una muy interesante exposición sobre
Jean-Auguste-Dominique Ingres
(1780-1867) en cuya obra ocupa un importante lugar el mundo antiguo,
que le interesó ya desde los diez años, cuando se desplazó de su Montauban natal a formarse en la academia de Toulouse, y le
inspiraría (ya discípulo de
David en París) la obra con la que logró en 1801 el anhelado
Grand Prix y la tan deseada estancia en Roma:
Aquiles recibiendo a los embajadores de Agamenón.
En algunas de las obras -de pequeño o gran formato- presentes en la exposición queda patente su buen conocimiento de la literatura grecolatina y la tradición clásica, que tan bien se adecuaban a su estética clasicista.
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Edipo y la Esfinge (1808) |
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Antíoco y Estratónice ( 1866) |
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Virgilio lee la Eneida ante Augusto, Octavia y Livia (1819) |