martes, 27 de diciembre de 2011

Medellín (Metellinum)- Contubernia Gregoriana

Cuando  el cónsul romano Quinto Cecilio Metelo Pío, en el trascurso de la guerra  que  Roma mantuvo  contra Sertorio durante ocho años en  Hispania,  instaló un campamento junto al río Guadiana, decidió la ubicación de la que sería la futura Colonia Metellinensis con esta consideración desde el año 79 a.C, y que gozaría de gran prosperidad hasta que Mérida (Augusta Emerita), fundada cinco décadas más tarde más tarde, la eclipsara en  preeminencia política.

Estas tierras estaban ocupadas ya mucho antes de la llegada de los romanos, debido a la fertilidad de su suelo, apto para la agricultura y la ganadería, y a su facilidad de defensa, ya que desde  el cerro se gozaba de gran dominio visual. La población se asentó originariamente en las laderas sur y oeste del cerro (donde se encuentra ahora el castillo medieval, de origen musulmán), ya que la nordeste y este eran demasiado escarpadas, y  con el paso de tiempo se extendió por zonas más llanas. Medellín llegó a ser la ciudad más grande de la actual Extremadura hasta la fundación de Mérida.

Metellinum se encontraba en las inmediaciones de la Vía de la Plata y servía de enlace entre esta calzada y las que se dirigían a Corduba (Córdoba) y a Toletum (Toledo). Da muestra de su importancia el magnífico teatro,  construido en el siglo I d.C. en la ladera sur del cerro, aprovechando el desnivel natural existente para situar la cávea, y que se encuentra en curso de excavación.


Teatro romano de Medellín

En la Iglesia de Santiago se encuentra un Centro de Interpretación, en el que se exponen esculturas, columnas, capiteles y otros restos procedentes de las excavaciones del teatro, acompañados de numerosos paneles informativos.

Centro de Interpretación



El río Guadiana está atravesado en la actualidad por un largo y hermoso puente construido en el siglo XVII. De los poderosos pilares del puente romano, que discurría en paralelo al actual, quedan restos visibles entre la vegetación en tierra firme.


Restos del puente romano

martes, 6 de diciembre de 2011

Medea furiosa y otros conocidos en Delacroix


Medea furiosa  (1862, Museo del Louvre)
Hasta el próximo 15 de enero puede visitarse en CaixaForum de Madrid la exposición "Delacroix (1798-1863)", con más de cien obras de este pintor romántico francés, que permiten apreciar muy bien los temas que le fueron interesando a lo largo de su vida y  la evolución que experimentó.



Se incluyen cuadros y bocetos para obras de tema clásico, entre los que destaco dos versiones de Medea furiosa.






Medea furiosa (1838, Museo de Lille)



El momento anterior al trágico final de los hijos de Medea, convertida en madre asesina por Eurípides, se sitúa ahora en una cueva, donde parece haber buscado refugio o lugar donde ocultarse. Originariamente Medea dirigiría su mirada hacia un grupo de perseguidores  aproximándose a la entrada y tendría un puñal en cada mano, según un buen número de dibujos sobre el tema conservados. El gran óleo (260x165) que se conserva en el Palacio de  las Bellas Artes de Lille fue presentado al Salón de 1838. Venticuatro años más tarde, un año antes de morir, Delacroix retomó el tema, realizando un cuadro más pequeño y simple (1,22x0,84), pero manteniendo el aspecto de la protagonista, a la que añade gran dramatismo la sombra que oscurece su mirada. Un tema pagano con niños angelicales consigue un contraste aún más notable. El pequeño rubio está inspirado en una obra de Rubens (La Virgen rodeada por los Santos Inocentes conservada en el Louvre: inocentes los niños muertos por orden de Herodes, e inocentes los niños de Medea; más osada, la sustitución de la Virgen por la hija de Eetes).




















Otras obras que destacamos por su temática clásica son una pequeña Andrómeda (rubia, angelical, irradiando luz, situada, como Medea, en el interior de una gruta junto a su entrada, esperando al monstruo que ha de devorarla o a un salvador),  un imaginativo Ovidio entre los escitas a quien se va a ofrecer leche de yegua, y  esbozos para una gran decoración (de la que adjuntamos imagen) sobre el dios Apolo matando a Pitón.




















Fruto, además, de su admiración por Lord Byron es el muy conocido cuadro titulado Grecia expirando sobre las ruinas de Missolonghi, realizado dos años después de la muerte del poeta y filoheleno. La joven Grecia ofrece su inmaculado pecho al invasor. Bajo las ruinas, asoma, truculento, el brazo de un cadáver, inspirado en La balsa de la Medusa de T. Gericault..

Grecia expirando sobre las ruinas de Missolonghi








viernes, 2 de diciembre de 2011

Otra manera de armar la de Troya...

La noticia divertida de la semana llega desde el Museo de Reproducciones Artísticas de Bilbao, donde se ha inaugurado el 30 de noviembre una peculiar exposición sobre el  mundo clásico, empleando objetos que son también ya clásicos, pero en otro sentido: las figuritas de Playmobil. Luis Fernández ha invertido, según informaciones de la prensa, cinco meses, miles de piezas y dos centenares de figuras,  en realizar ciatro dioramas, dedicado cada uno de ellos a un episodio de la Guerra de Troya: "El Juicio de Paris", "El rapto de Helena", "El duelo entre Héctor y Aquiles" y "La destrucción de Troya". 



Como los Playmobil no representan personas sin ropa, el autor ha tenido que retocar conforme a sus intereses figuras en bañador (por aquello de que suele representarse a las diosas desnudas en este primer concurso de belleza de la historia), pero sin excederse. Y como la firma tampoco fabrica figuras de griegos (sí de romanos y de egipcios estos últimos más de moda, a juzgar por lo que se ve en jugueterías-), ha debido darles el aspecto requerido para conseguir una recreación más fiel de la historia Ha cambiado, además, ventanas y puertas en edificios y murallas para eliminar los arcos, empleado piezas de otras marcas jugueteras, como el barco en que Paris se lleva a Helena y el caballo, y creado algunas propias.




Con mucha imaginación (y varias licencias), en este peculiar "juicio de Paris", vemos, en un entorno un tanto tropical, con estanque, patos, loro y otros cuadrúpedos (no es el Ida, no...) un Hermes con casco vikingo de cuernos reconvertidos en alas, un Paris bien acompañado por un perro, una Afrodita coronada de flores y en culotte, estirando la mano para recibir la manzana, con su pequeño Eros al lado (con arco, como debe de ser) y una Atenea imponente y bien vestida, con su escudo. No vemos ya a Hera: ha quedado fuera de cuadro, pese a ser la esposa de Zeus.

Puede verse en directo hasta el 8 de enero,  acompañando a la exposición temporal Greziar simmetria. Belleza al desnudo , programada hasta el 15 de abril de 2012,

Los Playmobil sirven, a los aficionados, para recrear muchos acontecimientos... Véase la toma de Antequera, por ejemplo. Yo también los he empleado para cierta actividad reseñada en otro lugar.


jueves, 24 de noviembre de 2011

¡Qué suerte ser pobre! No tienes más que ver a los políticos en las ciudades...

Aristófanes nació en Atenas en los años en que se empezaba a construir el Partenón (quizá 445 a.C.) y estrenó a los dieciocho años su primera obra, Los convidados. En sus comedias fechadas hasta el año 405 a.C. (Ranas), pertenecientes a la denominada Comedia Antigua, satiriza la vida política y literaria de su tiempo, una época en que la democracia ateniense había comenzado a resquebrajarse debido a la guerra del Peloponeso y sus propias deficiencias internas. Tres hijos suyos fueron también autores de comedias.

Pluto es su última obra fechable (388 a.C.). La queja por la injusta repartición de las riquezas está tratada en una obra de fantasía en la que la burla y la sátira a personas conocidas por todos, propias de la Comedia Antigua, están muy relegadas a un segundo plano, rasgo propio ya de la Comedia Media, aunque siguen parodiándose temas habituales, como la afición de las mujeres a la bebida, o la de los atenienses a los pleitos. No existe parábasis (la parte de la comedia en la que, sin actores presentes, el coro se quita las máscaras y se dirige directamente al público haciendo alabanzas, reproches o dando consejos) y las intervenciones del Coro han  quedado convertidas casi exclusivamente  en danzas, simples interludios líricos entre escenas.



Un anciano labrador, Crémilo, en vista de que le van mal las cosas, pese a su honradez y piedad, y es pobre, ha ido a preguntar al oráculo de Delfos si no sería más conveniente con vistas al futuro convertir a su único hijo en un canalla, delincuente y sinvergüenza, a lo que se ve lo único provechoso para la vida. Apolo le ha respondido que convenza al primer hombre que encuentre al salir del templo de que le acompañe a su casa. Carión no entiende por qué Crémilo, su amo, sigue a un personaje andrajoso, pero éste resulta ser Pluto (personificación de la riqueza), a quien Zeus ha dejado ciego para que no pueda favorecer a las personas honradas, a las que envidia.
Pluto se ha resignado a su situación por miedo al dios, pero Crémilo, su amigo Blepsidemo y otros hombres honrados (el coro) le van a ayudar a recuperar la vista mediante una curación milagrosa  en el santuario de Asclepio. Hace entonces su aparición  Penía (la pobreza personificada) que intenta evitar su expulsión de  Grecia demostrando con sus argumentos los beneficios que ella reporta: si todos tuvieran dinero, ¿quién querría trabajar? ¿Los esclavos? ¿Y quién arriesgaría su vida traficando con esclavos? ¿Quién araría, tejería, fabricaría muebles y perfumes? Si todos fueran ricos, ser rico dejaría de tener sentido, al tener todos que trabajar. La pobreza (no la indigencia) es, además, una excelente educadora: enseña a vivir haciendo economías y trabajando de firme, sin tener nada de sobra, ni  echar nada en falta. Los que tienen dinero, por el contrario, echan tripa, tiene gota, son obesos… La virtud vive con ella, y pone un ejemplo que nos suena tan actual como si estas palabras (vv. 567-570) se hubieran escrito hoy mismo:
No tienes más que ver a los políticos en las ciudades: cuando son pobres son honrados con la gente y con el Estado, pero en cuanto se hacen ricos a expensas del erario público, enseguida se vuelven unos sinvergüenzas que conspiran contra el pueblo y luchan contra la democracia. 
Ni siquiera Zeus es rico, porque en Olimpia premia con coronas de olivo a los vencedores, no de oro, a no ser que esto se deba a su avaricia y tacañería.
 Sin embargo, Penía no consigue su propósito, no porque sus razones no sean convincentes, sino porque así lo decide Crémilo (¡Vete al infierno y no gruñas ya más!, que no me vas a convencer ni aunque me convenzas –vv.599-600-) y Pluto recupera la vista en el templo de Asclepio, gracias los lametones que le propinan dos serpientes sagradas, y regresa decidido  a demostrar que antes se entregaba a los sinvergüenzas sin querer.



Los resultados de su nueva actuación favorecen a unos y perjudican a otros, como vemos en las cinco escenas episódicas con que concluye la obra: un hombre honesto, empobrecido en tiempos por ayudar a personas que luego le volvieron la espalda, agradece su nueva felicidad; un delator, que no quiere cambiar de oficio, pierde toda su hacienda, sin que le sirvan de nada los pleitos; una vieja se queja de un joven amante que, ahora que no necesita nada de ella, la ha abandonado; el dios Hermes tiene que buscar un nuevo empleo porque los hombres ya no se acuerdan de él y un sacerdote de Zeus, muerto de hambre, pues nadie hace sacrificios ni ofrendas al dios, quiere instalarse en casa de Crémilo, pero éste decide que donde Pluto debe estar en la Cámara del Tesoro de la diosa Atenea, como guardián suyo, y se organiza una procesión para su solemne traslado.

Lado oeste del Partenón, con la cella desmontada



(Mi traducción favorita de esta comedia es la de Elsa García Novo, Dinero, Alianza Editorial, Madrid 1987; de ella provienen los dos fragmentos citados).

domingo, 20 de noviembre de 2011

Ιθάκη- Ítaca

Me preguntan por Ítaca.

Penélope (C. Dobletoglu)
Aquí está Penélope. En Ítaca. Esperando el regreso de un marido ausente desde hace veinte años. Diez   los pasó luchando ante los muros de Troya; otros diez hace que partió de allí y no ha regresado a  su isla. El palacio está lleno de pretendientes de insoportable insolencia, esclavas traidoras, su hijo en peligro, el anciano suegro retirado en el campo...





Día tras día, éste es su mundo, el que rodea el palacio al que llegó desde Etolia tras su boda... Ítaca.


Sitio de Exoyí-S. Atanasio. ¿El palacio de Odiseo?


Muy lejos de allí está Odiseo. Ocupado en mantener a salvo su vida y la de sus compañeros,  afrontando continuos peligros por obra de gentes bárbaras, de Posidón y de otras divinidades cuyos mandatos no han respetado. Va y viene de un lado al otro del mar entre tierras, según el capricho de los dioses.

Una reconstrucción de los viajes de Ulises más imaginativa de lo habitual (Stavrós)


Posidón le aborrece y él es un marino. Cegó al temible Polifemo, hijo del dios, devorador de hombres...  Su  curiosidad le pierde: él se introdujo voluntariamente en la cueva del  Cíclope, y no por hambre,  sino porque quería ver a aquel hombre y pedirle los regalos que como huésped le correspondían, desoyendo el prudente consejo de sus compañeros: huir cuanto antes.   Ha pasado largos años con la dulce Calipso, es verdad que Circe quiso mantenerlo a su lado, pudo quedarse junto a la joven Nausícaa, pero añora su tierra:

Soy Ulises Laertiada, famoso entre todas las gentes
por mis muchos ardides; mi gloria ha subido hasta el cielo.
Mi mansión está en Itaca insigne en el mar, pues en ella
alza el Nérito excelso sus bosques de trémulas hojas;
muchas islas también habitadas se agrupan en torno,
 tales Sama y Duliquio, con Zante poblada de selvas;
baja es Itaca, empero, y, repuesta en las sombras de ocaso,
 ve a las otras alzarse del lado del sol y la aurora.
 Aunque abrupta, sustenta valientes muchachos; no hay nada
 que se muestre a mis ojos igual que mi tierra.

 (Homero, Odisea IX, 19-28 ; trad. de J.M. Pabón)




Y cuando, tras arribar a ella profundamente dormido, despierta, todo se le muestra extraño: las sendas, los abruptos roquedales, el cómodo puerto, los árboles llenos de hojas...


El abrigado puerto de Vací, principal ciudad de la isla



Es Atenea quien ha de hacerle de guía para que sepa dónde se encuentra:

Aquí tienes el puerto de Forcis, el viejo marino,
y, a tu vera, en su fondo, el olivo de gráciles hojas; 
junto a él una cueva sombrosa y amena, recinto 
de las ninfas del agua que llaman las náyades, 
gruta espaciosa y cubierta en que tú tantas veces hiciste 
hecatombe perfecta a las diosas; y mira a este lado, 
la montaña del Nérito envuelta en sus bosques.

(Homero, Odisea XIII 345-351; trad. de J.M.Pabón)
Ítaca desde la Cueva de las Ninfas (¿el puerto de Forcis?)



Emprender el viaje hacia Ítaca, sea o no la que este nombre lleva la verdadera tierra del Odiseo homérico,  es, no sólo por devoción a Cavafis, una necesidad compartida por cuantos nos hemos dejado seducir por Homero. Allí, en el mar Jónico, sigue anclada la isla. No importa tanto la arqueología como emplear los cinco sentidos y, sobre todo, dejarse llevar por la imaginación, como quienes escuchaban a Homero o al aedo de turno…



Cueva de las Ninfas



















Alalcomenas (al fondo, Cefalonia)


Realmente, se non è vero, è ben trovato...

(P.S. Mis fotografías son todas de Ítaca. He empleado la traducción de J.M.Pabón de Odisea, Gredos, Madrid 1982, porque me encanta).

domingo, 13 de noviembre de 2011

De la parábasis en adelante... "Perséfone", de Els Comediants

Perséfone. Variaciones mortales es la última obra de Els Comediants, que estará en escena en Madrid hasta el 4 de diciembre de 2011, en el Teatro María Guerrero.

Su tema, presente también en otros espectáculos de la compañía, pero ahora convertido en el gran protagonista, es la muerte, sobre la que nos hace reflexionar la diosa Perséfone, que, entre episodio y episodio, seria y desprovista de máscara, va realizando, mutatis mutandis, lo que en la comedia antigua denominamos parábasis: recuerda con nostalgia los tiempos en que era Kore,  una inocente joven que vivía junto a su madre; lleva con poca resignación su estancia en el otro mundo, al que se ve ligada por haberse dejado seducir por lo desconocido (la granada y sus granos, engañoso ofrecimiento de un Hades tan injusto con ella como su propio padre, Zeus) y recuerda continuamente a los humanos la brevedad de la vida.
En continua espera de la llegada de una nueva primavera y su ascensión a la luz, y con formato de varietés, la poderosa -y a veces compasiva-Perséfone presenta, contempla y comenta, como maestra de ceremonias, la vanidad y futilidad de la existencia humana, ejemplificada en la primera parte con el hilarante elenco de enmascarados personajes que rodean a un difunto su ataúd: familiares y amantes, interesados sobre todo por la herencia o lo material, y gentes varias que de la muerte hacen su negocio. En la segunda parte, los gusanos degustan su festín, y el finado realiza su viaje con Caronte, aunque el descanso eterno resulta ser muy cansado, excepto si te lo adjudican "de oficio". En la tercera, desfilan ante nuestros ojos un surtido de personas que esperan, unos más convencidos que otros, su final (un condenado a muerte, un joven suicida, una viuda inconsolable...) y los nuevos "jinetes del Apocalipsis": guerras, hambrunas, accidentes, adicciones. El final es muy aristofánico: como es imposible hablar de la muerte sin hablar de la vida, Perséfone nos recuerda que hay motivos para vivir (ella misma revive cada año) y que debemos celebrar cada día mientras podamos (el tópico carpe diem).

Una puesta en escena excelente (una pantalla enorme y cuatro puertas-pantalla que se abren y cierran sobre las que se proyectan imágenes), música en directo y magníficos actores. Sobresaliente a las máscaras (tipo aristofánico unas, y de Commedia dell´Arte otras) y su utilización. No hay que perderse esta obra en la que, además de contar con otros muchos méritos, música, bailes, canciones y estructura evocan en parte lo que pudo haber sido la comedia antigua.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

"Ni nadar ni leer y escribir" : el deporte en Grecia

Ni nadar ni leer y escribir es un proverbio (transmitido por Diogeniano 6.56 y otras fuentes) referido a quienes son completamente ignorantes, "porque los atenienses aprendían a nadar y a leer y escribir desde la primera niñez".
La natación, actividad de carácter claramente utilitario, no fue practicada con frecuencia como ejercicio físico ni fue deporte de competición, pero es buena muestra de la importancia que dieron a la actividad física, tanto en niños como en adultos, hombres o mujeres, los griegos, para quienes una ciudad tenía que poseer, al menos, un gimnasio y un teatro.




El deporte en Grecia revisa e ilustra con imágenes tomadas de  la cerámica y la escultura antiguas, objetos de bronce o piedra, y restos arqueológicos  las características más destacadas de los principales deportes practicados, sin reducirse a los incluidos en el pentatlo (carrera, salto, lucha, disco y jabalina),  y sitúa en el espacio y el tiempo los cuatro grandes juegos panhelénicos: Olímpicos, Píticos, Ístmicos y Nemeos.



miércoles, 26 de octubre de 2011

Contubernia Gregoriana II: LVSITANIA

Tras la estancia de los Contubernales en tierras de la Gallaecia, donde revivimos la vida de los soldados romanos acuartelados allí y sus contactos con los habitantes de los castros, proponemos un recorrido por  la  segunda provincia de la Hispania Ulterior, entre el Duero y el Guadiana, Lusitania, en cuya capital, Augusta Emerita (Mérida) no faltaba ninguna de las grandes edificaciones y obras públicas que eran la mejor propaganda de la cultura romana: grandes edificios para espectáculos públicos (teatro, anfiteatro y circo), dos foros (municipal y provincial), templos, termas, viviendas, acueductos, puentes, necrópolis, calzadas... Además, la ciudad cuenta con el  espléndido Museo Nacional de Arte Romano, donde queda patente el alto grado de refinamiento al que llegaron artistas y compradores de aquellas partes del Imperio.
Junto a Emerita, fueron importantes enclaves romanos las colonias de Norba Caesarina (Cáceres), Metellinum (Medellín),    Pax Iulia  (Beja) y Scalabis Iulia (Santarém), y los municipios de Capara (Cáparra), Salmantica (Salamanca), Caurium (Coria), Turgalium (Trujillo), Augustobriga (Talavera la Vieja),  Olisipo (Lisboa), Conimbriga, etc.


Teatro romano- Olisipo

Columnas del Templo de Júpiter-Augustobriga





jueves, 13 de octubre de 2011

Macedonia y Alejandro Magno en el Museo del Louvre

Hoy se inaugura en el Museo del Louvre  una gran y esperada exposición (en el Hall Napoleón, bajo la pirámide, con casi quinientos objetos) dedicada a los macedonios, desde el siglo V a.C. hasta la época imperial:  "En el reino de Alejandro Magno: Macedonia antigua". Organizada en colaboración con el Ministerio de Cultura de Grecia, estará abierta al público hasta el 16 de enero de 2012.


Se han programado, de forma paralela, conferencias,  coloquios y un concierto.

lunes, 3 de octubre de 2011

Tantas hijas de una madre... Las lenguas indoeuropeas.

El griego es una lengua indoeuropea, al igual que el latín. Los indoeuropeos (pueblo del que desconocemos el nombre que se darían a sí mismos y cuya lengua se reconstruye a partir de la comparación entre sus lenguas hijas) forman parte de una cultura prehistórica del V milenio antes de Cristo (5000-4500 a.C.). Vivían en las estepas rusas, al norte de los mares Negro, Caspio y Aral. Fueron desgajándose en numerosas tribus, dirigiéndose en oleadas sucesivas por el este hasta Irán, India y China, y por el oeste y el sur hasta Bretaña y la Península Ibérica.


Los principales grupos y lenguas indoeuropeas son:
-      griego (el más antiguo, el llamado micénico, está atestiguado por escrito desde 1200 a.C., en el sistema de escritura denominado Lineal B);
-          grupo itálico (latino-falisco; osco-umbro);
-          lenguas célticas (continentales, como el bretón, e insulares , como el galés);
-   lenguas germánicas (orientales, como el gótico, occidentales -insulares, como el  inglés, o continentales, como el alemán- y nórdicas, como el noruego);
-         lenguas eslavas (meridionales, como el búlgaro, occidentales, como el polaco, y orientales, como el ruso);
-          lenguas bálticas (como el lituano);
-          lenguas indoiranias (como el sánscrito y el persa);
-          armenio;
-          albanés;
-          grupo anatolio (como el hetita);
-          licio, lidio;
-          tracio-frigio-macedonio;
-          ilirio- véneto-mesapio;
-          tocario (en el Turquestán chino).
Según A. Meillet  los primeros que se desgajaron del tronco común fueron los indoiranios y los itálicos, pueblos que ocuparían los extremos del continuum lingüístico, aunque esta teoría es criticable.

Todas las lenguas habladas en la actualidad en Europa son de origen indoeuropeo, excepto el finés, el estonio, el húngaro (los tres de la misma familia), el sami  y el vasco (a los que puede añadirse el maltés, procedente del árabe, por lo que pertenece a las lenguas semíticas). Debido a razones históricas, se han extendido al resto de los continentes y se estima que en torno al 45% de la población mundial habla una lengua de origen indoeuropeo.

Lenguas de origen indoeuropeo en Europa por familias lingüísticas



Lenguas de origen indoeuropeo en el mundo (imagen: Wikipedia)


domingo, 2 de octubre de 2011

Fiestón en el Aqueronte...

Recorriendo, al cabo de más de veinte años, el pasado mes de agosto el apartado y montañoso Epiro,  rumbo al oráculo de los muertos de Éfira, y compartiendo con la divina Safo un intenso deseo de ver "las riberas cubiertas de loto del Aqueronte" (V.95), aunque en mi caso sin morir previamente, me impresionó encontrar un enorme lago o río cubierto de tan hermosas flores. No lejos de allí pregunté su nombre y me respondieron, de forma bastante vaga, que debía de referirme al "lago de los nenúfares". El viaje hacia el más allá comenzaba de forma prometedora...


Pero más adelante, el lugar en que se ubica el Necromanteion se encuentra ya tan preparado para las visitas turísticas (no lejos hay una concurrida playa) que resulta difícil ponerse en la piel de un antiguo peregrino que, tras perder la orientación en los repliegues del laberinto dispuesto para  preparar el espíritu  para una tarea no apta para pusilánimes, bajaría atemorizado a la sala donde los muertos responden.


Y sus cubiertas se convierten en privilegiado mirador de la en otros tiempos célebre llanura del Aqueronte, donde no confluyen aguas de infernales ríos, ni queda rastro alguno de la laguna Estigia, pues se encuentra desecada y convertida en terrenos de cultivo.


Pero el Aqueronte sigue corriendo y sus fuentes están cerca. Un caudaloso río que hay que atravesar para llegar al reino de los muertos.



 He hecho un largo camino para constatar, como sospechaba, que en los tiempos que ahora corren los muertos ya no dan miedo ni en el cine de terror. Nadie teme al día de las Antesterias en que cada año se abrían las puertas del Hades y los difuntos salían a hacer de las suyas hasta que se les avisara de que la festividad había llegado a su término y debían regresar a las tienieblas. Hasta allí han llegado "domingueros" con meriendas y DJs ...


El 11 de agosto, fiesta del Aqueronte, en el cañón del río idem. Para todos los públicos. Entrada gratuita.

Y,  pese a todo, me encanta y me sumerjo en sus aguas...

jueves, 22 de septiembre de 2011

Alfabetos


El primer alfabeto de la historia (entendiendo por alfabeto un sistema de signos que expresan sonidos individuales del habla) es el alfabeto griego, adaptación de un silabario fenicio (los fenicios poseían colonias comerciales por todo el mundo griego), convirtiendo alguno de sus signos -que notaban consonantes innecesarias en griego-  en notación de vocales. Ya los mismos griegos lo denominaron φοινικήϊα γράμματα (o σημεῖα), “letras fenicias”. El origen semítico del alfabeto griego es evidente tanto en sus formas, como en sus nombres y orden.
 


El historiador griego Heródoto (V, 58-61) atribuye a Cadmo, el mítico rey de Tiro que llegó a Tebas  (Beocia) en busca de su hermana Europa, raptada por Zeus, la introducción en Grecia del "alfabeto" fenicio que luego fueron modificando los griegos, mientras que Esquilo en su Prometeo Encadenado lo consideró obra del titán  benefactor de la humanidad, y otros atribuyeron su invención a las Musas, o incluso al dios Hermes, reconociendo de esta manera la enorme importancia del alfabeto y la escritura.




Las inscripciones griegas más antiguas que conservamos (siglo VIII a.C.) y la forma de las letras hacen suponer que la adaptación se llevó a cabo en el siglo IX a.C. El desarrollo del alfabeto griego, con signos consonánticos y vocálicos, no ha sido superado por ningún otro tipo de escritura hasta nuestros días. Aunque en Grecia hubo algunas variantes locales, el tipo clásico quedó fijado en Atenas a finales del siglo V a.C. : Α  Β  Γ  Δ  Ε  Ζ  Η  Θ  Ι  Κ  Λ  Μ  Ν  Ξ  Ο  Π  Ρ  Σ  Τ  Υ  Φ  Χ  Ψ  Ω.

Originariamente, el griego se escribía sólo en mayúsculas, sin separar palabras y de derecha a izquierda,  al igual que hacía el fenicio, como puede verse en el texto original de la célebre "Copa de Néstor" (seguido de una posible reconstrucción). 


Luego comenzó a escribirse una línea de derecha a izquierda, la siguiente de izquierda a derecha, la siguiente de derecha a izquierda y así sucesivamente, tal como ara los campos un buey ( βουστροφηδόν), como en el fragmento que sigue de las  Leyes de Gortina.

Finalmente se impuso la dirección de izquierda a derecha que continuamos usando.

El alfabeto latino procede de una variante occidental del alfabeto griego importada por los etruscos, quienes modificaron algunas letras. Nosotros utilizamos letras que no se emplearon en época antigua (j,  ñ, w, z) y distinguimos u y v.



Griegos y romanos antiguos empleaban únicamente las mayúsculas o unciales; la minúscula en Grecia se generaliza a fines del siglo IX d.C., para conseguir mayor ahorro en los soportes de la escritura, escasos y caros,  y permitir una copia más cómoda y rápida: α  β  γ  δ  ε  ζ  η  θ  ι  κ   λ  μ  ν  ξ  ο  π  ρ  σ ς  τ  υ  φ  χ  ψ  ω.


Deriva también del alfabeto griego el alfabeto cirílico, creado por Cirilo y Metodio, que tradujeron al antiguo eslavo la Biblia en el siglo IX d.C. Este alfabeto tiene más letras que los alfabetos griego y latino  y sigue en uso en, por ejemplo,  Rusia, Bulgaria y Serbia.


Enlaces prácticos de interés:
Escribir en griego clásico con Windows.
El rap del alfabeto griego.
Leer griego.
Escribir a mano el alfabeto griego.