domingo, 23 de febrero de 2025

El olivo silvestre de Heracles

           Cuando pensamos en el olivo en la antigua Grecia, el primer olivo que suele venir a la mente es el que Atenea hizo brotar en la Acrópolis en el transcurso de su disputa con Posidón por el dominio del Ática. Pero hay otro olivo especialmente célebre: el que el héroe Heracles, hijo de Zeus, llevó -según Píndaro (Olímpica III)- hasta Olimpia desde el lejanísimo País de los Hiperbóreos (“los que viven más allá del norte”).  Pero en este caso se trataba de un acebuche, un olivo silvestre (kótinos), no de un olivo cultivado como el de Atenea (eláia).

 
 

       Lo llamaban el Kalistéfanos, es decir, “el de las hermosas coronas”, y con sus ramas se confeccionaban las coronas de los vencedores en los Juegos Olímpicos -solo de varones- y de las vencedoras en los Juegos Hereos (los juegos olímpicos femeninos). En estos juegos los premios eran solo coronas (no dinero, a diferencia de lo que ocurría, por ejemplo, en las Grandes Panateneas, en las que había ambos tipos de premios). Las ramas tenían que ser cortadas con un cuchillo de oro por un niño cuyos padres estuvieran vivos. 

Corredora Vaticana (copia romana de un original griego de ca. 460 a.C., que representa a una vencedora en los Juegos Hereos)

 

        En el santuario, había un bosque de olivos sagrados, el Altis, y parece que con aceite de acebuche se protegía de la humedad la estatua de culto del dios Zeus, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, hecha de marfil y oro por el gran Fidias, que estaba allí con sus 12 metros de altura sentado majestuosamente dentro de su enorme templo. 

 

El Zeus de Olimpia en el interior de su templo (reconstrucción hipotética)

 

      Del acebuche se consigue poco aceite y malo para la gastronomía, pero estupendo para perfumería… y para no quedarse calvo (alopecia androgénica). Tal vez los atletas vencedores habrían preferido una botellita de este aceite a la corona de olivo. 

        Y hablando de vencedores, el club de fútbol que más títulos tiene en Grecia es el Olympiakós (del Pireo), también conocidos como rojiblancos. El joven coronado de su logo está inspirado en el Polideuces coronado que aparece en un vaso de finales del siglo V a.C. conservado en el Museo Arqueológico de Ferrara.

Olympiakós F.C.
        
Polideuces coronado
                                                                

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