Hiparquia de Maronea tenía un hermano llamado Metrocles que era, a su vez, discípulo de un filósofo cínico, Crates de Tebas (368-288 a.C.), persona de buen carácter al que, según cuentan las fuentes antiguas, todos estaban encantados de acoger en su casa.
Pese a pertenecer a una familia rica, Crates había renunciado a todo para llevar una vida de mendigo, pues los cínicos consideraban que el hombre con menos necesidades es el más feliz. Vivir entre estrecheces era lo que había elegido libremente y recomendaba a quien quisiera escucharle que se contentara con lo presente, no deseara lo ausente y no se quejara de las circunstancias.
No es extraño que, oyendo a su hermano hablar de Crates, Hiparquia se enamorara de él y, pese a tener pretendientes adinerados, amenazara incluso con el suicidio si sus padres se negaban a entregársela como esposa.
Crates intentó, por encargo de los padres de Hiparquia, hacer que la joven desistiera, desnudándose ante ella para que viera cuán poco poseía en el mundo. Por no ser, no era ni siquiera alto. A ella no le importó escandalizar a sus conciudadanos yéndose a vivir con él y practicando la filosofía, aunque eso despertara el rechazo de algunos, como un tal Teodoro el Ateo que, al no poder rebatirla en una argumentación, creyó que iba a dejarla en evidencia arrancándole la ropa ante los asistentes a un banquete.
Ella ni se inmutó, y se reafirmó en las decisiones vitales que había
tomado: educarse, antes que emplear su tiempo en las tareas del hogar.
Crates e Hiparquia (Villa de la Farnesina, Roma) |
Antípatro escribió un epigrama
sobre esta mujer a la que nada le importaban las convenciones sociales, ni el
papel de esposa sumisa que le estaba destinado:
Yo, Hiparquia, prefiero a la
muelle labor femenina
la vida viril que los cínicos
llevan;
no me agrada la túnica sujeta con
fíbulas; odio
las sandalias de suela gruesa y
las redecillas
brillantes. Me gustan la alforja
y el zurrón de viajero
y la manta que en tierra por la
noche me cubre.
No me aventaja en verdad la
menalia Atalanta,
que el saber a la vida montaraz
sobrepuja.
(Traducción de Manuel Fernández
Galiano)
Hoy, 8 de marzo, Día
Internacional de la Mujer, Hiparquia, la única mujer que a la que Diógenes Laercio reserva un puesto en su Vida de los filósofos, sigue siendo un modelo para todas las
mujeres, pues fue dueña de su destino, cuando eso sólo estaba al alcance de las
heroínas de tragedia... que al fin y al cabo son personajes literarios, no
mujeres de carne y hueso.
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Foto de Rosa Mariño (CC, BY, NC, ND)
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