En la época en que se construyó el Parque de El Capricho de Madrid
(1787-1839) era imposible no recurrir a la mitología clásica y al arte
antiguo en general incluso para decorar lo que estaba destinado a ser
una finca de recreo, con un casino de baile y un canal artificial con
lago por el que los invitados navegaran en barca desde un rústico
embarcadero. Los ricos pueden darse el gusto hasta de construir un
abejero con una zona acristalada para merendar sin temor mientras las
laboriosas abejas trabajan sin descanso. O una ermita con ermitaño (de
verdad o de cartón) y una casa rústica habitada por réplicas de
campesinos.
Mª Josefa Pimentel,
duquesa de Osuna, compró una finca en 1783, y un año después empezó a
construirse el que es uno de los jardines más bonitos de Madrid, El Capricho.
Hay allí muchos bustos de emperadores romanos, o de lo que parecen ser
dioses aunque los llamen "duelistas" y les inventen historias, esfinges
de varios tipos, cupidillos por doquier, un Saturno devorando a un hijo
sobre una alta columna, inspirado en Goya, un Baco que realiza la
sustitución de una Venus que, según algunos, un buen día desapareció, y,
reinando en el palacio y en el Laberinto plantado de laureles, el dios
Apolo, representado en diversos episodios de su no siempre feliz vida. A
Pitón la mata, sí, pero no consigue a Dafne por más que lo intente. Y
con Faetonte tampoco tiene mucha suerte. Dentro del palacio, del Abejero y del Casino de baile
hay también esculturas, pinturas e incluso un suelo de mosaico de
temática mitológica o histórica, pero los interiores no son accesibles
al público.
Baco |
Es un paseo bonito de realizar, sobre todo en primavera. Para quien desee mirar con ojos "mitológicos" o "anticuarios", y comprobar cómo se dan la mano lo apolíneo y lo dionisíaco, demostrando que ya no tienen más valor que lo meramente decorativo, he realizado una selección de imágenes en Mitología y mundo antiguo en el Parque de El Capricho de Madrid.
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