Y no me refiero al ave en que se transformó Zeus para seducir a Leda -animal que en lugar de perder el tiempo haciendo alardes vocales debió de actuar con presteza, por si la despistada mortal entraba en dudas sobre qué estaba sucediendo exactamente en medio de tantas plumas-, sino a uno de los temas más recurrentes que aparecen en los cuadros de los pintores, herederos de David y de Ingres, que la Fundación Mapfre presenta en Madrid hasta el 3 de mayo como parte de la excelente exposición
El canto del cisne. Pinturas académicas del Salón de París. Colecciones Musée d´Orsay, la mitología clásica, que, lejos de entonar a comienzos del siglo XX su último canto, ha continuado siendo objeto de la atención de muchos artistas hasta nuestros días.
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W. A. Bougereau, El nacimiento de Venus |
La mitología, y la antigüedad clásica en general, lógicamente relacionada con las inquietudes de los propios pintores de la segunda mitad del XIX y comienzos del XX, está presente en muchas de las diez secciones de la muestra, y especialmente en
La Antigüedad viva, ¿Un desnudo ideal?,
Paisajes soñados,
El mito: la eternidad de lo humano en cuestión y
Hacia una nueva mirada. Aquí pueden verse algunas de nuestras obras favoritas.
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