Las cosas a veces no son lo que parecen.
Después de llevar convencidos tantísimo tiempo de que Odiseo en realidad amaba a su esposa
(aunque de vez en cuando pareciera olvidársele su existencia) y de que
estaba muy seguro de lo que hacía al rechazar el ofrecimiento de Calipso
de convertirle en inmortal a cambio de quedarse con ella en Ogigia y
renunciar a volver a su patria junto a la fiel Penélope, hemos tenido
conocimiento de una carta que echa por tierra nuestras creencias. Y el
que la ha filtrado es un tal Luciano,
que asegura haber visitado la luna en barco, residido en el interior de
una ballena, zampado a placer en una isla de queso y vivido a cuerpo de
rey durante seis meses y medio en la Isla de los Bienaventurados, allá,
en el otro mundo, por gentileza del cretense Radamantis.
Así reza la misiva que Odiseo le ha entregado en secreto, a escondidas de Penélope, para que se la lleve a Calipso a Ogigia:
Sabrás que, después de
alejarme de ti en la balsa que me había fabricado, me encontré con un naufragio
del que me salvé a duras penas gracias a Leucótea y fui a parar al país de los
feacios, los cuales me enviaron a mi patria, donde encontré a muchos
pretendientes de mi mujer juergueándose en mi palacio. Los maté a todos y más
tarde fue Telégono, el hijo que tuve con Circe, quien me mató y ahora estoy en
la isla de los Bienaventurados arrepintiéndome mucho de haber abandonado la
vida que tenía a tu lado y la inmortalidad que me ofrecías, pero en cuanto
encuentre ocasión, me fugaré y llegaré hasta ti.”
Sólo
faltaría que Calipso aún recuerde a su antiguo amante y esté dispuesta a
recibirle con los brazos abiertos... Aunque así Penélope podría escoger
con mejor criterio entre los muchísismos pretendientes que tuvo en el
palacio a alguno que le gustara, y recuperar los años perdidos teje que
teje...
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Luciano, Relatos Verídicos II 35 (traducción de Carlos García Gual, Alianza Editorial 1998)
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Luciano, Relatos Verídicos II 35 (traducción de Carlos García Gual, Alianza Editorial 1998)
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